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La foto de arriba la saqué en un cercanías entre Sevilla y Dos Hermanas, poco tiempo después tuve que tomar un regional y el martillo rompecristales también estaba metido dentro de un cristal de otro color, pero al fin y al cabo, para acceder a él, había que romper el cristal que lo guarda, cómo ocurre con éste, no sé con qué pensarán que se puede romper el cristal, si con la cabeza o es que para ahorrar pondran cada equis vagones uno de esos martillos de gemas más pequeñitos, pero lo suficientemente duros para romper cristales de todos los colores...
Bien, esto de las paradojas no queda en un simple martillo rompecristales metido dentro de un cristal que hay que romper, va mucho más allá, resulta paradójico que una empresa estatal se rija por un calendario oficialmente católico, en el que todos los domingos, jueves santos, o corpus cristi, dependiendo de la estación de origen, es fiesta, y cómo es fiesta, el billete de un solo viaje o de ida y vuelta cuesta más caro; jamás entendí que los billetes fueran más caros por ser fiesta, al fin y al cabo el tren es el mismo, las vías las mismas, la distancia la misma, y lo único que varía es el personal; ahora bien, ¿porqué tengo yo que pagar directamente con la compra de un billete el hecho de que un señor trabaje un viernes (día festivo para los musulmanes), un sábado (dia festivo para los hebreos) o un domingo (que para mi es tan festivo como un lunes o un martes...) y que la estatal ADIF considera festivo?
Yo creo qu esto de encarecer los billetes estos días festivos debería pasar a mejor vida, al fin y al cabo nuestra constitución es aconfesional, y que sepamos los trenes y vías no han manifestado jamás su catolicidad, sería una buena idea, en tanto en cuánto no perjudicaría ni las economías de los usuarios del tren, ni escupiría a la cara de musulmanes, hebreos, agnósticos, ateos, o budistas, que no sólo se ven discriminados religiosamente, sino encima perjudicados económicamente.
B&A
