miércoles, 29 de octubre de 2014

Cousas da niña outra terra

Estoy pasando unos días en A Coruña.

Como en otras ocasiones camino de acá para allá, voy y vengo, miro y veo...

Me entristece comprobar cómo se desmonta la naturaleza, que aquí más que en otros lugares de la península aún forma parte de ese patrimonio intangible que hace de esta "terra" un lugar tan distinto al resto de la desértica península, maltratada por un sistema productivo nada sostenible, y que en estos últimos años se está reinventando sin haber, aparentemente, aprendido nada de los fallos del pasado.

¿Y todo por qué? Porque los de siempre tengan más, ni más ni menos. Y así se construyen innecesariamente puertos exteriores para que vengan petroleros de ninguna parte y se construyen deshaciendo montañas enteras, cómo si esas mismas montañas no cumplieran otra función que la de servir como materia prima inerte.

Es éste un país de contraste en el que queda el único bosque primigenio de toda la península, un bosque con toda su naturaleza salvaje dejada en paz, con un río, el Eume que corre veloz y limpio en pos de la mar.

Se sabe desde siempre que todo está vinculado, no entiendo porque se obvia algo tan sagrado.